Cuando la cosmética no entiende de género

Para todo tipo de identidades, binarias o no, existe una cosmética que no discrimina por tipo de piel, color o envejecimiento. Hubo un tiempo en que en un alarde de originalidad (y con visos a que el sector masculino se aproximase sin recelos a ella) se le llamó unisex. Posteriormente, pasó a ser genderless... pero ¿qué te parece si a todas estas propuestas que te vamos a presentar, aptas para todo el mundo, les llamamos simplemente regalos perfectos

Eau de Parfum I am not a flower, de Floriaku. La de Floriaku es una apuesta de máximos en perfumería, tremendamente felina y no apta para personas que busquen pasar desapercibidas a la hora de elegir fragancia. Paradójicamente, el nombre de cada perfume se inspira en los mínimos haikus japoneses. Atreverse a probarla es ganar en confianza. Sus notas de gengibre, sándalo y ámbar dejan una estela tan singular como adictiva. 

r-Retinoate Intense Youth Activating Cream, de Medik8. Fuera de la aparatología, no hay mejores ingredientes para frenar los signos del envejecimiento que los retinoides. Además, de tratar arrugas y manchas, mejoran la textura y el aspecto de la piel. Este producto ‘intensivo’ de Medik8 incluye en su formulación retinil retinoato encapsulado (que es ocho veces más poderoso que el retinol), retinal (once veces más rápido), un complejo de ceramidas (que se encarga de nutrir en profundidad), péptidos dirigidos por drones (estimulan la producción de colágeno) y ácido hialurónico (repulpa la piel de manera instantánea). Un cóctel de activos eficaz para todos los géneros, todas las razas, todas las edades.

Spa Ritual Edition Box, de The Lab Room. Cinco productos de la célebre marca de cosmética madrileña creada por Mónica Ceño para crear un ritual de lujo alrededor del baño de lujo. El pack incluye un exfoliante a base de sal, un aceite detox anticelulítico, una mascarilla capilar, un aceite capilar y una crema corporal. Todo está formulado con ingredientes botánicos como los aceites de almendras, jojoba, cedro, romero, ciprés o pino

The Face Mask, de Augustinus Bader. La mascarilla facial es al cuidado de la piel lo que los Diálogos de Platón a un estudiante de filosofía: un básico con el que comenzar cada semana para, a partir de ahí, construir una rutina personalizada con la que mantener el rostro cuidado. Esta mascarilla, que promueve la luminosidad, incluye un aplicador hipoalergénico de zamac y se puede usar de dos maneras: como regenerador rápido de la piel (es decir, dejando una capa gruesa durante unos minutos y retirándola después) o como mascarilla de noche (una capa finísima, casi a modo de crema). ¿Su ingrediente estrella? El célebre (y patentadísimo) TFC8, un complejo de aminoácidos, péptidos, vitaminas y moléculas sintéticas que potencian la renovación celular.

Bálsamo labial Suavina. Siempre se ha dicho que el lujo está en los pequeños detalles. Por eso nos negamos a que pases por alto todas las declinaciones del bálsamo labial valenciano por excelencia: la Suavina. Con una formulación la mar de simple (una base grasa, mentol y un perfume elaborado con aceites esenciales 100% naturales), este pequeño todoterreno es el mejor aliado para reparar, hidratar y proteger los labios (y otras mucosas, en casos de procesos catarrales o rinitis). Desde hace unos años, la Suavina se ha ido declinando en múltiples versiones, todas con la misma misión: mantener su eficacia al mismo tiempo que cumplía las expectativas de la clientela más exigente. No dejes de revisar Prunus, Citrus, Olea, Pediátrico y Helianthus. Y, si ya te ha conquistado, atrévete con su crema de manos y una pastilla de jabón cuyo diseño imita al del mítico envase de Suavina. 

Cortesía de Augustinus Bader